sábado, 31 de octubre de 2015

Me dejaste, y aún así, sobre ti escribo.

     Quiero lo que nunca se ha tenido. Tengo lo que nunca se ha querido. Mi corazón se suicidó cuando vio infraganti que nuestro amor huyó por la ventana; y desde aquel día Depresión no mermó y me acompaña con abrazos en la cama . El mapa hacia el Paraíso se me escapó de las manos y ya con delirios le grito desesperado para encontrarlo. No puedo obsequiarte mis veleros, pero puedo darte el mar entero y además de eso, yates y cruceros. Retrato cada vez que puedo mis nostalgias y melancolías sin falacias, aprieto mis ojos para hacer que te vayas porque quererte duele y me aprieta el alma. Dame aspirinas que quiten mis desgracias; dame el consejo que me lleve a la eficacia; dame el proverbio que me ayude a vivir sin tu mirada; dame el viento que me lleve a donde los pálidos descansan. Consiento a mi infortunio cuando en una hoja lo escribo. Señora Añoranza, discúlpeme pero ya no quiero ser su amante; buscaré a su amiga Pasión y con ella copular en folios hasta que el agua sangre. En medio de lágrimas dibujo tu perfecta silueta, sentado bajo este árbol, cubriéndome de un rayo que no cesa.
     Me llaman Depresión porque escribo tristezas, hasta cuando estoy verdaderamente alegre; como ahora. También quiero que me llamen Cerbero por mi ira interna comprimida. Todos deseamos lo que no tenemos, por eso es que te deseo de nuevo. Convoco a las musas para que dancen a mi alrededor mientras escribo mis diluvios, y también cuando escribo mis amadas nubes grises. No oprimí indiferencia sobre ti, creo que el error fue haber sido sumamente afectivo, eso tuvo que haber sido lo que te irritó.
     Pero cariño, mi amor, ya me voy, tomaré el tren de las doce de la madrugada hacia una supuesta cárcel donde habita un enorme y aterrador perro hecho con un vasto infierno y odio.
     Sólo quiero decirte que, aún te amo y deseo, y que, si tú también así lo sientes, búscame a donde me he ido.
     Sólo quiero volver a morir en tu boca, renacer al tacto de tu piel, y perderme en tus ojos. Tú eras el mundo que me encantaba, que yo adoraba. Y lo sigues siendo. Ella es mis nubes grises, porque esas nubes, me ponen alegre.

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