domingo, 1 de noviembre de 2015

Poema triste.

   I

 Le dije al oído: "Tranquila, que yo estoy contigo".
Como loco lloro su despedida;
desde aquel día, aún la espero en la avenida.
Y sin su abrigo, la vida es un castigo.

Y es que sin ella la vida es desdicha.
Me dejó sin su pasión de zafiro.
Sólo me dejó como rey en la ruina.
Yo amaba escribir en su piel de papiro.

Respiro trémulo y a la deriva.
Ahora muero a la luz del calvario.
La espero con la prisa de su risa.

Amanezco viendo el calendario;
además del tiempo, él también aniquila
a su adversario; pero al tiempo, sólo imita.
Y me quedó, cual regalo, mi alma como andrajo.

Gélido descanso en las penas de mi alma.
¡Admito que desprecio tu desprecio!
Busco la hoja para retratar tu cara.
Y la felicidad tiene un alto precio.

He cazado tantas veces al amor que,
permanecí en una búsqueda sin descanso,
pensando que si descanso y la guardia bajo,
no hallaría a la musa que busqué. 

Hoy, con tu recuerdo, brindo por ti.
Se levantan muros de infortunio por tu ausencia.
Me dejaste en el lecho sin mostrar paciencia
y en mis labios quedaron tus marcas de carmín.

Te conozco como conozco mi pasado.
Te veré venir con tu suave caminar
sobre pétalos de afrodisiacos.
Y fumo al apreciarte meditar.

No puedo jugar sin mis juguetes.
Tu pudiste hacerme levitar levemente.
Puedo andar de forma vaga sin tenerte.
No puedes respirar sin despertar mi mente.

Era muy cálido tocar tu rostro,
pues ya no áridos, veías mis ojos.
Me compadece el cielo pues estoy histérico.
Fuerte me cae el hielo y no como analgésico.

Comencé con buscarte.
Desprecié todo tipo de calmante.
Me perdí al encontrarte.
Al principio quería ser tu amante.
Hoy quiero ser tu amante y ayudante.

   II

Ya no tengo nada que querer, menos el fuego.
Acompáñame a casa con tu negro velo.
O déjame ir al desierto de los marginados;
donde sea que vaya, no olvidaré tus manos.

Tan cerca estás porque es el mismo mundo
y tan lejos porque no te consigo.
Tu belleza era lo que me gustaba oler,
nuestros muas mataban al tic-tac a la noche caer.

Afrodita y Démeter están contigo
e Hipnos y Tánatos me quieren consigo.
Mientras Las Erinias esperan un lapsus mío.
Yo era tu Eros y tú mi Psique; era amor con brío.

Yo acompaño en su fétida y fría morada
al espeluznante can de tres caras.
Además recurro a las sombras de Érebo.
Por tu ausencia soy el ciudadano sin llavero.

¿Por qué fuimos traídos a este mundo
que a quien sea sólo ofrece miseria?
Regresa con tus besos, pues lloro en mi cubo
y en el día cubro con risas mi tragedia.

   III

No me duele que te hayas llevado al sol;
duele que me dejaras sin las llamas tus ojos.
Extraño el fuego de tus labios y dedos.
Desde antes de perderte sabía que era un bobo.
El lápiz me consuela cuando mis ojos llueven.
Día y noche por ti lloro, es que no me agoto
y en mis gotas, hermosa te reflejas.
Quiero volver a tocar tu cabello a mi antojo,
esconderme en tu precioso cuerpo y deseos,
que me saques del monte de los corazones rotos,
me abraces y digas que todo será como antes,
que levites conmigo en un dulce otoño,
que merodees donde mi amor prevalece,
que retornes a ser mi más preciado tesoro
y en mi alma siempre estarás con la llave
de la puerta de mi cárcel, pues te amo con decoro.
El crepitar de la lluvia, la melodía
más suave y te trae, mi flor de loto.
¡Anhelo regresar el pasado con un chasquido
porque siempre he sido tuyo y te añoro!

Escribo para evadir mis dramas matutinos
pero con poemas tristes como estos
lo que hago es revivir tu voz en mi oído.

Por un segundo intento déjame escribirte,
porque no existe límites para describirte.

Por tu forma de pensar deja que brinde.
Con mi forma de mirarte quiero que me mires.

Por tanto amarte, no quiero que me olvides.
Por tanto amarte, no dejes que te olvide. 

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