Nótese que las risas no desaparecen
nunca; sólo escapan. Nótese que el riachuelo no se seca… es sólo que… buscó
otro camino ya que cansado estaba el pobre de recorrer siempre el mismo. Debes
entender que cada frase u oración es dueña de su propia existencia y aislada
totalmente de las demás; por ello, a partir de cada punto estás ante reinas
distintas.
Pero, de nuevo, es la añoranza quien
me entorpece la razón, o es sólo que su poder es tal que el mío desapareció. De
igual forma, afuera o no de mis ratos de tristeza, sé que no genero orgullo a
nadie de mi linaje ni amigos; ni a mí mismo. Desearía poder encontrar en algún
lugar aunque sea un trocito de aquel diamante que son las ganas. Más puedo
admitirte que sé lo ridículo y enclenque que me veo al no saber nada ni servir
para nada y aún así anhelar formar una pareja con alguna tierna dama.
Sí, lo sé…
¡Pero no desespere nadie! ¡Pues aún
retengo en la libertad de mi mente, grandes, enormes y cientos retazos de
sensatez! Así que, uniendo los necesarios cuales palabras, puedo expresarte que
no soy “hombre” merecedor de ninguna doncella. Con toda lucidez te reafirmo lo
dicho.
Volviendo a la pesada lágrima que
nació en mis ojos, y al ensordecedor revuelo de la verdad y al ocaso que danzó
hasta la entrada de la solitaria noche; deben saber pues, tener la plena
seguridad, tanto como la tengo yo, que, la felicidad tiene sus cinco minutos de
fama periódicamente y en el resto del tiempo se vive en un raído pañuelo.
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