viernes, 17 de julio de 2015

Te estoy pensando.

No sé por qué te estoy pensando tanto. Tú no deberías estar presente en mi mente. Tú no, no de esta forma. Ni tú en mi mente ni ese Whisky al frente ni bajando por mi sistema. Odio pensarte y a la vez me fascina. Lo odio porque no me necesitas y me fascina porque ahora creo que eres tú la elegida.

No me malinterpretes, me encanta demasiado tu compañía sólo que no quiero que duermas hermosa sobre mis escritos. Estoy en este instante rendido ante estos desenfrenos de quererte ver así sea en sonidos. Melodramático, así me pongo cuando te pienso y quiero evitarlo. Porque no deberías ser tú. No quiero vislumbrarte como mi dama. No quiero que tú seas esa tierra que se vislumbra después de semanas a la deriva. Quiero que seas mi barco; alguien con quien contar con su amistad y compañia. Te quiero querer como mi luna, no como mi cielo. No quiero pensarte como mi damisela que en mi mente se sentó en el trono de mi verdadero amor.

Es que te estoy viendo como mi doncella, mi querida, mi reina, mi musa, mi norte, mi universo; eres todo lo que tiene importancia. Y no es que no te desee ver de esa manera; sí me interesas mucho pero no creo que seas mi amor destinado, ni yo el tuyo, y eso, me deprime mucho. Lo único seguro es que no quiero que te desaparezcas de mi vida; eso no cambiará jamás.

La amarga realidad, como lo es este Whisky es que sé que lo que por tí siento es un 99% encaprichamiento, es por eso, porque estoy casi seguro que no es amor puro ni verdadero., que quiero que dejes ya el trono. Pero no te estoy diciendo que me iré, sino que sólo quiero ser tu amigo porque tú eres una muy espléndida chica y me enloquece cómo eres y lo que sabes y lo que quieres saber. Yo sé que no te gusto, por eso no hay pérdidas de ningún lado.

En mi cabeza solo hay un mejunje de pensamientos: Muchos son de amarte y otros muchos son de dejar de hacerlo. Sin embargo, no miento cuando digo que eres bellísima en todos los aspectos. Perdón, perdón, mi intención más que halagarte, es sacarte del lado enamorado de mi corazón, pues, lo último que quiero es otra desilusión.

Te quiero ver sonreír, disfrutar y agradarte como amigo. Lo que espero es que lleguemos a ser muy unidos y que en nosotros crezca un amor recíproco; ese es el amor verdadero y puro, no hay otro. Tú eres afable conmigo y yo lo soy contigo ¿No es eso lindo? ¡Claro que lo es! Pero tú eres más linda que el tamaño del planeta.

Me encuentro afligido cuando esto ocurre: Creer que amo a alguien. Preferiría tener un botón que apague el amor y que automáticamente se encienda cuando la elegida esté frente a mis ojos. Eso evitaría un número inconmensurable de problemas.

Deseo no pensarte como lo estoy haciendo: Deseo tener tu cuerpo entre mis brazos. Son esa clase de pensamientos sobre tí que quiero desechar. Pero si tú también "me amas" deberíamos darnos una oportunidad de nadar en el mar de los amigos endulzados.

La mentira que respira en esta hoja está en esta línea donde expreso que no quiero besar tu boca ni vivir de tu aroma. Siendo franco, eres tú quien ahora está sentada en el trono de mi amor verdadero y quiero que allí permanezcas hasta que Doña Muerte venga a cobrarme la renta. Siendo franco y puede que no muy sensato, pisaste en mi Cárcel y a cada rincón por donde ella vas, vas dejando tu perfume de felicidad y logras que contigo pueda levitar. A cada paso que das rejuveneces a este lugar.

Sin tú saberlo, me convenciste acerca de que la alegría reside en disfrutar y recordar los mágicos momentos. Tu sola presencia en mí hace que salude hasta a las plantas. Tan solo de pensarte logras que le hable tierno hasta a las cosas. De solo dibujar tu figura con mi dedo, permites que entre a una dimensión donde las diosas como tú y el afecto son primero.

En este instante te estoy pensando; quiero obsequiarte el universo pero no quiero tratarte como mi diosa... ¿O sí quiero?.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario