jueves, 16 de julio de 2015

Amo.

Amo el brillo de tu cuerpo cuando suda. Amo tu olor a rica fruta. Amo tu mano cuando cae sobre tu regazo. Amo tu cara después de un desvelo por conmigo haber hablado. Amo la comisura que forma tu boca cuando ries. Te amo porque luces como los querubines; tu piel tan blanca le grita a mi psique que contigo brille. Amo tu cabello negro que se asemeja al espacio y en él me pierdo. Amo tus piernas en todo momento pero más cuando posas una encima de la otra. Amo las estrellas que son tus ojos, amo la cascada que es tu cabello, amo la perfecta circunferencia que forman tus glúteos. Amo el cantar de tu voz cuando hablas, amo la deliciosa melodía que haces cuando charlas, tan delicadamente que haces que descanse plácido sobre tu mirada. 

Amo tu semblante feliz, vacío, triste, enojado, sea como sea, amo tu cara aun no estando enamorado. Amo tus brazos cubiertos de pelo, amo tu caminar y hasta amo el suelo donde has pisado. Amo el suelo donde has plantado tus deleitantes pies. Amo tus pies y cuerpo; con solo verlos me estremezco. Amo tu radiante figura, amo la media luna que forman tus nalgas, que hacen que yo quiera nadar en sus aguas. Amo tus manos desnudas. Amo tu cuello, amaría que mi lengua se amarrace a él deslizándose suavemente. Amo tus cálidos y fríos besos. Amo tu mudez y timidez, amo eso mucho más que cualquier parte de tu cuerpo. Amo tus deseos, amo la piedad que aparentas tener ante todo, amo la cumbre que es tu corazón. Amo cuando me rescatas de la soledad. Amo cuando me levantas sin importar qué más dá.

Amo las caricias que te das cuando el calor te fastidia sin mermar. Amo la tranquilidad que reina en tu mirada, amo la frialdad que ella dispara. Amo mis ratos contigo, amo verte en cada segundo, en cada sitio. Amo tus largos dedos como lápices para escribir esmeros. Amo tu pereza, amo la belleza de tu silueta. Amo tu indiferencia, tu apatía que al principio extingue mi ganas de saludarte, amo hasta el instante cuando me rechazaste. Amo tu manera de pensar y de apreciar lo que se oculta más allá de la línea. Amo las cimas que son tus senos, amo las cordilleras que son tu cuerpo. Amo la altísima delicadeza que impera en toda tú; la delicadeza con que te veo. Amo la ira que escondes bajo tu serenidad. Amo que no explotes. Amo lo inferior que haces ver a todos cuando entras. Amo lo descuidada que eres con ciertas cosas, eso te baña en chorros de gracia. Amo tu piel, toda esa zona erógena, desde las plantas de tus pies hasta tu cara. Amo la luz que irradias como una diosa, amo esa luz que te caracteriza, amo que no seas tan soñadora. Amo que ames tu vida, amo que le temas a las pérdidas. Amo que te muevas entre las sombras; que seas de pasar desapercibida. Amo que tu camuflaje sea tu manera de ser. Amo tus labios de fuego, esos labios pícaros, esos labios que encienden la pasión con solo un frágil beso.

Sencillamente, amo tu existencia.

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