sábado, 20 de junio de 2015

En la Cárcel. (La Cárcel).

Desde hace un tiempo (considerable, puede ser) estoy aquí. No sé con exactitud cómo llegué aquí ni desde cuándo. Sólo sé que estar aquí no es tan malo. Aquí por lo menos no llega el ruido fastidioso que hacen las personas, ese escándalo que emiten sus bocas. Aquí en la Cárcel es silencio... un silencio armónico, soporífero. Un silencio que a veces es interrumpido por mis pensamientos. Pero no hay problema con eso, ya que a Cerbero no le disgusta el sonido de mi mente, ya que, al final, esos pensamientos habitan en lo más recóndito y profundo de todo ese odio que siente. El paisaje no es el mismo siempre: a veces es de acuerdo a todo el rencor de Cerbero, un paisaje con el firmamento todo cubierto por nubes de un color gris de una tonalidad muy fuerte, casi llegando a negro. Que ni el sol se ve ni un poquito. Con un frío muy pesado, muy helado, es un clima horriblemente frío, como si nevase, pero aun así muy cálido. Otras veces el clima se adopta a mi estado de ánimo general, un sol muy brillante que no lanza calor que derrita la piel, es un sol alegre, acogedor sin más. Con una brisa refrescante que te aviva el rostro cuando te acaricia. Y otras veces, el clima también representa mi otra forma de sentirme, y esa es indiferente. En este, el clima es como una mezcla de ambos: Las nubes cubren todo el cielo pero no son nubes negras, son nubes grises. La brisa sigue siendo refrescante y la calma que hay es igual que en los otros dos climas, una calma atrapante... relajante. Pero el clima que me gusta de los tres es Indiferencia. Aquí no hay climas como los que se conocen. No. Aquí los únicos climas son: Ira, Dicha e Indiferencia. En cuanto a Cerbero, él prefiere Ira e Indiferencia. Cuando hace Dicha él entra a una celda de la gigantesca Cárcel y allí duerme o deambula por toda la Cárcel, de arriba a abajo, gruñendo por resentimiento, soltando un ladrido de vez en cuando (uno de cada cabeza). La Cárcel es sumamente grande; de alta son como unos 15 pisos de algún apartamento, y de ancha posee una distancia muy terrenal. Sus paredes son de un gris triste, un blanco deprimido. Un color, unas paredes, en que el tiempo ha sido absurdamente largo y dejado en claro que es capaz de arrugar todo lo que toca con un solo y delicado dedo. 
 A simple vista el lugar parece un viejo hospital psiquiátrico en donde la mano de Dios no se presentó en ningún momento por los enfermos. Al rededor del sitio hay grama como si estuviese colocad en puntos estratégicos. Pareciera que hasta el color de las plantas y árboles en general, también cambiase con respecto al clima. Debido a la enormidad que tiene la Cárcel, tanto o mucho más que dos mansiones juntas, cuando Cerbero deja sonar un fuerte ladrido por sus tres mandíbulas al unísono, el ladrido es bestialmente fuerte; me deja petrificado de pavor, el corazón se me detiene, la sangre se vuelve agua y mi piel palidece en el acto. El rugido que emite de esa forma es un rugido inverosímil, no puede ser hecho por ningún animal de este mundo, ni en otro cercano a este. Es un rugido petrificante que enajena tu mentalidad, te podría dejar absorto en la demencia más absoluta jamás concebida por algún humano. Es un ladrido demoníaco, "perturbador" le queda incomprensiblemente corto. En fin, si hace Ira o Indiferencia, El Guardián se la pasa afuera de las cuatro paredes. Descansa, entrena, come, asesina, tortura, se divierte, al aire libre.
 En cuanto a mí, no me quejo. Afuera o adentro estoy a gusto. Adentro no importa qué clima esté presente, siempre es cómodo al igual que afuera. Yo sólo buscaba un lugar en donde nadie me molestara, donde yo pudiera ser libre, pensar y decir lo que quiera. Donde mi odio y felicidad pudieran charlar sin tener que reservarse ni una palabra. En donde pudiera ser totalmente yo. Y, ese lugar es este. Es la Cárcel. Es como una especie de cueva secreta, mi escondite, mi hogar. A veces siento la necesidad de tener una compañía, pero hablo de una compañía humana, preferiblemente femenina. Y algún día creo que ella podrá estar aquí conmigo, con nosotros. Si ella es inteligente, creo que Cerbero la dejará estar aquí. Si la teoría de por qué no me ha matado es cierta, El Can la dejará estar aquí.
¿De dónde sale la comida de Cerbero? ¿De dónde apareció el Hoyo? ¿De dónde vengo yo? ¿De dónde proviene Cerbero, de dónde surgió? La Cárcel guarda algo.

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