jueves, 28 de mayo de 2015

La mente abrir para escribir.

Y es que, no hay nada como vivir, existir;
beber del elixir del escribir.

Ser real o fingir.
Postrado, ahorcado consigues dormir.
Sonreir, a veces es fingir
y vivir, a veces es morir.

Sentir, en realidad es vivir,
y bajo una luna gris
la soledad acompaña sin medir.

Escribir, es sobre el dolor reir;
escapando, para aguantar y no rendir.
Caminar, siendo y no feliz,
corriendo en el arco iris
para hayar el tesoro con mi iris
y convertirlo en paz en forma de whisky.

Sé lo que significa admitir,
casi no reconzco el redimir.
Sé de clemencia y sé de evadir,
sé de los placebos que te evitan sufrir,
he de advertir
que mi amor imita al colibrí.

Ahora he de cubrir
los sentimientos que me hacen sufrir.
A partir de aquí,
de aquí a paritr
la hora se precipita sin fin.

Al fin me logré adherir
a los besos que logré conseguir
buscando de quienes elegir
y desfallecí por no decidir.

No soy de resurgir
pues poco me hundo;
soy más de subir
al infinito y reprimir
tanta cicatriz que se vuelven abrir.

He deseado tus piernas abrir,
escuchar el rugir
de tu revivir;
esperando que no sepas mentir

Aspiro a no delinquir,
seguir, perseguir,
naufragar en el devenir del porvenir.

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